UNA COLUMNA RADICAL NACIONAL Y POPULAR
LEOPOLDO MOREAU SOBRE DECLARACIONES DE AGUAD
En su edición de hoy el diario La Nación trae un extenso reportaje a Óscar Aguad. No me voy a referir a la propuesta explícita que se hace de incorporar al macrismo a un frente electoral común con lo que se denomina UNEN, no porque lo considere irrelevante , sino porque en realidad el fondo de la discusión, que es mucho mas profunda, está en otras respuestas de esa entrevista. En efecto el diputado por la UCR de Córdoba sostiene textualmente : " el radicalismo de Buenos Aires viene de la vieja Convención de Avellaneda, que a mi juicio fue uno de los grandes errores del radicalismo. Aquella Convención pretendió correr al populismo de Perón con mas populismo. Y ahí se formaron los radicales de Buenos Aires ".
El periodista repregunta : ¿ Por ejemplo, cuales ? El entrevistado responde : " Bueno, esta generación de dirigentes que gobernó incluso la argentina " . El periodista insiste : " ¿ Representados hoy por ....? El entrevistado elude y dice : " No,no voy a dar nombre porque después me peleo. Son amigos ".
Es obvio que se refiere a nuestra generación e incluso a Raúl Alfonsín que encabezó ese gobierno pero no me voy a escudar en el apellido de Alfonsín para refutar el contenido de esas afirmaciones porque sería un golpe bajo y, además, Alfonsin puede ser criticado como cualquier otro.
A esta altura debo decir que reconozco que Aguad actuó con absoluta honestidad intelectual diciendo lo que piensa a diferencia de otros dirigentes que tienen las mismas creencias pero las ocultan.
En primer lugar conviene señalar que lo que se conoció como el " Programa de Avellaneda " fue una resurrección del yrigoyenismo que había sido desplazado por el alvearismo de la conducción partidaria. Desplazamiento que provocó un fuerte éxodo de radicales , que aun antes de la aparición de Perón se habían apartado de las filas partidarias. FORJA es el ejemplo mas visible de esa expresión. Y efectivamente muchos radicales, dirigentes y votantes, acompañaron a Perón por el abandono de las banderas nacionales, populares y democráticas que practicó la conducción de aquel entonces.
Es exactamente al revés de lo que afirma Aguad. La declaración de Avellaneda no corrió a Perón con mas populismo sino que en todo caso Perón levanto banderas del Yrigoyenismo. Hay que destacar que de ese programa de Avellaneda nacieron dirigentes como Moisés Lebensohn, Crisólogo Larralde, Ricardo Balbín, y otros, que fueron hijos de esa generación de radicales como Raúl Alfonsín. Cada uno de ellos dejó una impronta popular al radicalismo que sería muy extenso enumerar aquí. Todos recordamos al Balbín de la Hora del Pueblo , de la multipartidaria y de la reconciliación entre peronistas y radicales. A Crisólogo Larralde y su legado en el artículo 14 bis de la Constitución que consagra lo que ni siquiera el propio justicialismo, a pesar de todos sus aportes a la causa de los trabajadores, se animó a hacer como fue darle categoría constitucional al derecho de huelga. Ni hablar de las contribuciones doctrinarias de Lebensohn para darle a la UCR un fuerte compromiso con las concepciones laicas de los derechos civiles y la promoción de los derechos humanos. De la herencia política y doctrinaria de Raúl Alfonsín no hace falta abundar porque son hechos contemporáneos que están en la memoria colectiva aún fresca.
En realidad lo que plantea Aguad es la vieja tensión entre un radicalismo con inclinaciones liberales o de fuerte raíz nacional , entre un radicalismo solo republicano o un radicalismo popular. En definitiva entre un radicalismo que confía en que la distribución de la riqueza la hace el mercado o, por el contrario, la diseña la voluntad de las mayorías populares a través de políticas públicas y activas. No es una discusión histórica sino de plena actualidad.
El radicalismo no nació, ni se desarrollo en la historia, como un partido de centro derecha . Si se transforma ---porque un oposicionismo ciego lo empuja a ese lugar --- en una fuerza conservadora, desaparece. Nosotros haremos todos los esfuerzos para que eso no ocurra. Es precisamente lo que hicieron los radicales que se reunieron en Avellaneda en 1945.
El radicalismo nació del pueblo y junto al pueblo debe quedarse.
Somos la vida, somos la paz, somos LA CAUSA DE LOS DESPOSÉIDOS.
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