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APOYANDO LA LEY DE ACTORES
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El espíritu de un oficio milenario
por Rafa Tano
La obra 'Fueron los griegos' se presenta en el Teatro El Extranjero
Fueron los griegos los que, de algún modo, iniciaron este rito que, 2.500 años después, sigue llamándose teatro. El dramaturgo Alfredo Allende nos habla del mundo interno de este arte milenario que, en sus hábitos y costumbres, sigue intacto. Los celos entre los intérpretes, las formas de llegar a ser una figura, los secretos de un oficio que tiene sus vericuetos. Allende -autor y director- supo poner en escena este maravilloso y tormentoso mundo.
Cuenta la leyenda que los actores mejoraban su dicción hablando con una piedra entre los dientes (hoy se sigue haciendo, pero con un lápiz). Hipófisis y Peroné deben interpretar una obra y buscan las piedras en el río para ser mejor entendidos. ¿Qué otra cosa busca alguien dedicado al arte que ser amado? Y, para eso, hay que empezar por darse a entender.
Dos seres entrañables brillan en actuaciones entrañables. Uno, amante de Sófocles, suave, delicado (Gabriel Molinelli); otro, algo rudo e inseguro (Nacho Vavassori). Ensayan en plena noche para presentarse a un gran festival con la conciencia de que el texto es definitivamente malo y que, además, no lo conocen muy bien. Por si no alcanzare, ya hay un favorito en el festival, que representa las corrientes más modernas. Ambos actores discurren acerca del oficio, del valor de la amistad y se preguntan cosas tales como "teatro era el de antes... pero ¿cuál?".
"Hoy para ganar vale todo. A este paso el teatro, pobrecito, se apagará pronto", desgranan con inteligencia e ironía. Y nos alegramos de que no sea cierto: al menos por aquí y en muchas partes, sigue vivo y renovándose.
En la Grecia antigua, las obras se exhibían para un jurado: "Esos lujuriosos se verán obligados a premiarme, porque con mi recitación convertiré la basura del texto en un espectáculo magno", masculla el actor. Y en esa frase se encierra la eterna lucha entre autores e intérpretes. Y queda exhibido un ego más grande que la trayectoria, algo que ocurre en muchos casos.
Obras como esta fina comedia nos reconcilian con el humor en el teatro. Acá no se da la risa fácil, la carcajada estruendosa, sino un humor con inteligencia, una risa cómplice, una empatía con esos seres cuya grandeza es similar a su pobreza.
La obra está acompañada por la escenografía minimalista de Victoria Quintiero y un vestuario que cuenta e ironiza: la túnica roja de uno de los personajes es sencillamente genial.
"¿Por qué me dediqué al teatro, si me angustia tanto y me hace ganar tan poco dinero", se preguntan. Y en la pregunta está la respuesta.
FICHA TÉCNICA
Elenco: Nacho Vavassori y Gabriel Molinelli.
Dirección: Alfredo Allende.
Teatro El Extranjero Valentín Gómez 3378.
Entradas: $40. Con descuento: $30.
DZ/km
Rafa Tano Redacción Z
http://www.diarioz.com.ar/nota-el-espiritu-de-un-oficio-milenario.html
Casa del Teatro: las luces del viejo varieté
Cuarenta glorias de las tablas comparten lo cotidiano sin alterar sus hábitos de artistas. Algunos siguen trabajando y muchos siguen viviendo de noche.
La fundación de la Casa del Teatro data de 1927, cuando Regina Pacini, esposa del presidente Marcelo Torcuato de Alvear, decidió donar esa enorme casa de la avenida Santa Fe 1243, para que los artistas que llegaran a su vejez sin vivienda propia pudieran habitarla. Ya en 1938 estaba lista para albergar a artistas cuya trayectoria lo permitiera.
Diez pisos de un edificio de estilo art decó, que diseñó el arquitecto Alejandro Virasoro en plena Recoleta, según el catastro, o como popularmente se lo conoce, Barrio Norte.
Allí un promedio de cuarenta artistas, no todos dedicados a la actuación, viven dignamente, pueden entrar y salir a la hora que elijan, con sus historias a cuestas, con sus cuatro comidas diarias y con el honor de haber recorrido su propio camino. Sólo deben respetar los horarios de las cuatro comidas, aunque quien desee salteárselas puede hacerlo con libertad. Es comprensible: se trata de gente adulta, acostumbrada a vivir de noche. Pagan 200 pesos por mes y no tienen ningún gasto extra.
La Casa del Teatro tiene un director, que es elegido por los socios y por quienes viven en la institución. Una legendaria presidenta fue Iris Marga, recordada por todos con mucho afecto.
El presidente actual es Roberto Dairiens, que integró el directorio de la Casa del Teatro durante veinte años, en distintos puestos.
Un enorme y largo pasillo reina en planta baja, donde están los tres museos que pueden visitarse: el Carlos Gardel, que homenajea al ídolo del tango; el Regina Pacini, en honor a su fundadora, y el Iris Marga, quien dejó una huella profunda en la Casa. Esta última no sólo atesora sus recuerdos, sino el de otras grandes figuras de la escena nacional.
Nélida Romero es una legendaria actriz de la década de oro del cine nacional. Su esposo fue, hasta 1957, el director de cine Carlos Schlieper, dedicado especialmente a las comedias. Cuando besa mi marido y Esposa último modelo son películas que compartieron como actriz y director en aquella época dorada. "Todo cambió ahora; aunque te rías, hasta los muebles cambiaron, y por supuesto, la forma de trabajar en cine". Nélida se mantiene muy activa y hace teatro leído que organiza la Juventud de Obras Públicas de la Nación. Ahí interpretó a una Abuela de Plaza de Mayo, una historia real, en un geriátrico.
Etelvina Aurora Ferreyra, tal como se presenta ella misma, fue vestuarista durante 34 años de la compañía Pericet, de repertorio español. Dulce, de aguda voz, siempre sonriente, de rodete y 85 años, se remonta a su llegada a Buenos Aires desde Pehuajó. "El camino me llevó al arte, y hace cinco años estoy acá; soy realmente feliz, y una de mis dichas máximas acá fue haber conocido y tratado a la presidenta Cristina Fernández, que fue a entregar un subsidio en 2009, a quien agradecí por el aumento de la jubilación."
Jacinto Pérez Heredia viene de la producción televisiva. Habla maravillas de esta institución y se muestra satisfecho con su presente. "Y luego nos sucederán otros en esto", exclama con voz potente. Su hito fue El amor tiene cara de mujer, la telenovela más popular de la década del 60. También rememora la visita de la Presidenta y el honor de que "se haya acordado de todo el elenco de la novela, que veía junto a su madre". ¿Recuerdan aquel seleccionado? Delfy de Ortega, Iris Láinez, Bárbara Mujica, Angélica López Gamio, Rodolfo Bebán, Federico Luppi, Jorge Barreiro, Eduardo Rudy, Thelma Biral, Mónica Mihanovich, Fabio Zerpa, por nombrar sólo once del equipo de las estrellas.
Y la Casa del Teatro tampoco se queda corta con los nombres. Entre los ilustres habitantes de la del Teatro figuran hoy también Joe Rígoli y Ricardo Bauleo, el popular cómico de La nena y el superagente y galán de telenovelas.
Joe Rígoli lleva 60 años en la profesión de actor y vive en la desde julio de 2009. Dice que el lugar es una maravilla y que tiene un comedor cinco estrellas.
Sin embargo, no todo es alegría, y la ley de los mortales lleva a que en algún momento los residentes tengan que despedir a alguno de sus compañeros que, como suelen decir los actores, "se fue de gira". El 22 de marzo falleció Horacio Dener, actor de 72 años que participó en decenas de telenovelas, obras de teatro y películas. En tele es recordada su participación en Clave de sol, donde interpretaba a Pedro, y fue un boom por los años 80. Fue integrante de la JP y militó gremialmente en la Asociación Argentina de Actores. Dener solía destacar la función de contención que cumple la Casa del Teatro y la importancia para todos los actores de contar con un cuarto propio.
DZ/km
Rafa Tano Redacción Z
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