BLOG CONTRA LA VIOLENCIA
"La política, cuando no es diálogo termina siendo violencia"
Raúl Alfonsín
Una Vergüenza con Cuerpo de Ley
Declaración de la Federación Universitaria de Córdoba
El miércoles 15 de diciembre se aprobó la ley de educación que impulsó el Gobierno Kirchnerista de Juan Schiaretti, con el aval de todo el partido justicialista, el Pro y de los sectores más conservadores de la provincia.
Fieles a las prácticas que caracterizan a quienes "comulgan" con las políticas nacionales, la intolerancia volvió a presentarse, al igual que en Formosa, la policía reprimió violentamente a los estudiantes que se manifestaban en contra de tan nefasta ley.
Cuando no se generan los espacios de discusión necesarios, que permitan construir decisiones colectivas, discutidas democráticamente, cuando el gobierno no realiza un debate abierto tenemos que vivir una situación como la que hoy le toca a los 13 compañeros detenidos. Una vez más el gobierno de la provincia demostró que escondiéndose detrás de palos y escudos, y reprimiendo brutalmente a quienes piensan distinto, es la forma más eficaz de alcanzar sus intereses. Todo el movimiento estudiantil de la UNC repudia los actos de violencia cometidos y exige la renuncia de los responsables materiales y políticos implicados.
Podríamos haber tenido una gran oportunidad, para mejorar la educación de la Provincia, pero el gran aparato de seguridad desplegado alrededor de la legislatura demostró que no se escucharon los reclamos de la comunidad educativa en su conjunto. Que nunca existió la intención de modificar o anular el anteproyecto, que el espíritu corporativista de esta ley demostró que iba dirigida a beneficiar a pocos, y perjudicarnos a todos.
Fueron meses de estudio, discusión y elaboración de una propuesta de modificación donde estudiantes, padres y varios docentes estuvimos motivados por la esperanzas de que algo de todo lo que estaba en papel, de lo que se habló en las asambleas o se dijo en las audiencias iba a ser escuchado, el cordón policial y la forma de actuar de los agentes demostró que las intenciones del gobierno siempre fueron otras.
El gremio de los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba continuará afianzando una educación pública, gratuita, laica y participativa, y un país donde la defensa de los derechos humanos será la garantía de la democracia, la justicia y la libertad.
La lucha continúa.
Marco J. Purcelli
Presidente
Federación Universitaria de Córdoba
Fedración Universitaria Argentina
Hernán Federico Miranda Presidente
Pablo Fernández Vicepresidente
http://www.ucrcapital.org.ar/noticias_detalle.php?id=5766
Despojo de territorio a pueblos originarios
en la comunidad qom (toba)la primavera
http://www.youtube.com/watch?v=vuv0CSZfHvY
http://www.youtube.com/watch?v=6HNtmP7TNCI
"NO HAY CAMINO PARA LA PAZ, LA PAZ ES EL CAMINO"
"La política, cuando no es diálogo termina siendo violencia"
Raúl Alfonsín
Una Vergüenza con Cuerpo de Ley
Declaración de la Federación Universitaria de Córdoba
El miércoles 15 de diciembre se aprobó la ley de educación que impulsó el Gobierno Kirchnerista de Juan Schiaretti, con el aval de todo el partido justicialista, el Pro y de los sectores más conservadores de la provincia.
Fieles a las prácticas que caracterizan a quienes "comulgan" con las políticas nacionales, la intolerancia volvió a presentarse, al igual que en Formosa, la policía reprimió violentamente a los estudiantes que se manifestaban en contra de tan nefasta ley.
Cuando no se generan los espacios de discusión necesarios, que permitan construir decisiones colectivas, discutidas democráticamente, cuando el gobierno no realiza un debate abierto tenemos que vivir una situación como la que hoy le toca a los 13 compañeros detenidos. Una vez más el gobierno de la provincia demostró que escondiéndose detrás de palos y escudos, y reprimiendo brutalmente a quienes piensan distinto, es la forma más eficaz de alcanzar sus intereses. Todo el movimiento estudiantil de la UNC repudia los actos de violencia cometidos y exige la renuncia de los responsables materiales y políticos implicados.
Podríamos haber tenido una gran oportunidad, para mejorar la educación de la Provincia, pero el gran aparato de seguridad desplegado alrededor de la legislatura demostró que no se escucharon los reclamos de la comunidad educativa en su conjunto. Que nunca existió la intención de modificar o anular el anteproyecto, que el espíritu corporativista de esta ley demostró que iba dirigida a beneficiar a pocos, y perjudicarnos a todos.
Fueron meses de estudio, discusión y elaboración de una propuesta de modificación donde estudiantes, padres y varios docentes estuvimos motivados por la esperanzas de que algo de todo lo que estaba en papel, de lo que se habló en las asambleas o se dijo en las audiencias iba a ser escuchado, el cordón policial y la forma de actuar de los agentes demostró que las intenciones del gobierno siempre fueron otras.
El gremio de los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba continuará afianzando una educación pública, gratuita, laica y participativa, y un país donde la defensa de los derechos humanos será la garantía de la democracia, la justicia y la libertad.
La lucha continúa.
Marco J. Purcelli
Presidente
Federación Universitaria de Córdoba
Fedración Universitaria Argentina
Hernán Federico Miranda Presidente
Pablo Fernández Vicepresidente
http://www.ucrcapital.org.ar/noticias_detalle.php?id=5766
Despojo de territorio a pueblos originarios
en la comunidad qom (toba)la primavera
http://www.youtube.com/watch?v=vuv0CSZfHvY
http://www.youtube.com/watch?v=6HNtmP7TNCI
"NO HAY CAMINO PARA LA PAZ, LA PAZ ES EL CAMINO"
MAHATMA GANDHI
La costumbre de la violencia
Por Rodolfo Terragno.
La batalla de Soldati fue la amplificación de hechos que se han ido eslabonando. La sociedad y la política necesitan moderación. El Gobierno no puede creer que el disenso es complot. Ni la oposición, negar valor a toda iniciativa oficial. Clarín - La desmesura dilata las diferencias. Cuando la ofensa sustituye al diálogo, se frustran los acuerdos políticos mínimos. Y, a falta de tales acuerdos, la Argentina nunca será el país que queremos.
La sociedad necesita moderación , que no es una planta silvestre. Hay que cultivarla. Hoy nos invade la maleza del insulto . Es delicado que, desde las alturas del Estado, se adjudique todo disenso a un complot.
O que, en la arena política, se niegue valor a cualquier iniciativa oficial.
La intolerancia aviva sentimientos malsanos. La violencia verbal termina en violencia física . La sociedad, espectadora de ese nefasto espectáculo, primero se conmueve y luego se habitúa. A menudo, termina contagiándose de la intolerancia y conviviendo con la violencia.
La batalla de Villa Soldati fue la amplificación de hechos que se han ido eslabonando.
No es una visión retrospectiva o exagerada. Me remito a lo que escribí hace cuatro años en la revista Debate , luego de que la democracia tuviera su primer desaparecido, Jorge Julio López: “Nos hemos acostumbrado a la violencia cotidiana. Una estación destruida, porque el tren llegó tarde. Vidrieras marplatenses hechas trizas. Barras bravas aporreándose en la tribuna. Piqueteros encapuchados”.
Meses después, durante el traslado de los restos de Juan Domingo Perón a San Vicente, un sindicalista disparó un Bersa 9 milímetros contra un grupo. Un ex juez dijo que lo había hecho “para evitar una masacre”.
El acostumbramiento torna normal lo anormal; aceptable lo inadmisible; apenas inaudito lo aberrante. Como resultado, va provocándose una amnesia social .
Los actos de violencia se olvidan. Sin embargo, se concatenan. En cada ocasión, todos nos ponemos a descubrir culpables e instigadores, y siempre los hay. Pero no advertimos que, lejos de estar frente a un hecho aislado, sufrimos las consecuencias de una violencia que fluye.
En aquel artículo de Debate reclamé de los gobernantes -empezando por el Jefe de Estado- una actitud balsámica. Sin temor a aparentar candidez, sostuve que, desde el poder, debía llegar “un mensaje ecuménico y fraterno”. Eso, sin perjuicio de aplicar la ley penal cuando correspondiera.
Aquel mensaje no llegó nunca.
La política se ha encargado de avivar más de un fuego.
Gran parte de los gobernantes (y de los opositores) suele evaluar, frente a una desgracia como la de Villa Soldati, a quién “favorece” y a quién “perjudica” el infortunio.
Como si el perjuicio no fuera común.
Hay quienes creen que el pacifismo es un signo de ingenuidad política. O una forma de asegurar el status quo.
Hubo, en el siglo XX, alguien que demostró -sin ingenuidad- que el pacifismo puede terminar con la dominación y la injusticia social. Se llamó Mohandas Karamchand Gandhi. Fue, sin duda, una “gran alma”: Mahatma, en sánscrito.
En 1948, durante un rezo vespertino, un hindú de ultraderecha, Nathuram Godse, le disparó a quemarropa con un pistola semiautomática Beretta 38. La violencia pareció imponerse a la no violencia. Sin embargo, de la lucha de Ghandi surgió la India independiente.
No sólo eso: los shudrá, los parias y los mlecha -las castas más baja y más despreciadas- encontraron su reivindicación.
Aquel nacionalista, que predicó la concordia y logró la independencia de su país, también era -en el mejor sentido de la palabra- progresista. Defendía la igualdad y la justicia.
http://www.ucrcapital.org.ar/noticias_detalle.php?id=5771
http://www.youtube.com/watch?v=4ioHzfwsVJY
Por Rodolfo Terragno.
La batalla de Soldati fue la amplificación de hechos que se han ido eslabonando. La sociedad y la política necesitan moderación. El Gobierno no puede creer que el disenso es complot. Ni la oposición, negar valor a toda iniciativa oficial. Clarín - La desmesura dilata las diferencias. Cuando la ofensa sustituye al diálogo, se frustran los acuerdos políticos mínimos. Y, a falta de tales acuerdos, la Argentina nunca será el país que queremos.
La sociedad necesita moderación , que no es una planta silvestre. Hay que cultivarla. Hoy nos invade la maleza del insulto . Es delicado que, desde las alturas del Estado, se adjudique todo disenso a un complot.
O que, en la arena política, se niegue valor a cualquier iniciativa oficial.
La intolerancia aviva sentimientos malsanos. La violencia verbal termina en violencia física . La sociedad, espectadora de ese nefasto espectáculo, primero se conmueve y luego se habitúa. A menudo, termina contagiándose de la intolerancia y conviviendo con la violencia.
La batalla de Villa Soldati fue la amplificación de hechos que se han ido eslabonando.
No es una visión retrospectiva o exagerada. Me remito a lo que escribí hace cuatro años en la revista Debate , luego de que la democracia tuviera su primer desaparecido, Jorge Julio López: “Nos hemos acostumbrado a la violencia cotidiana. Una estación destruida, porque el tren llegó tarde. Vidrieras marplatenses hechas trizas. Barras bravas aporreándose en la tribuna. Piqueteros encapuchados”.
Meses después, durante el traslado de los restos de Juan Domingo Perón a San Vicente, un sindicalista disparó un Bersa 9 milímetros contra un grupo. Un ex juez dijo que lo había hecho “para evitar una masacre”.
El acostumbramiento torna normal lo anormal; aceptable lo inadmisible; apenas inaudito lo aberrante. Como resultado, va provocándose una amnesia social .
Los actos de violencia se olvidan. Sin embargo, se concatenan. En cada ocasión, todos nos ponemos a descubrir culpables e instigadores, y siempre los hay. Pero no advertimos que, lejos de estar frente a un hecho aislado, sufrimos las consecuencias de una violencia que fluye.
En aquel artículo de Debate reclamé de los gobernantes -empezando por el Jefe de Estado- una actitud balsámica. Sin temor a aparentar candidez, sostuve que, desde el poder, debía llegar “un mensaje ecuménico y fraterno”. Eso, sin perjuicio de aplicar la ley penal cuando correspondiera.
Aquel mensaje no llegó nunca.
La política se ha encargado de avivar más de un fuego.
Gran parte de los gobernantes (y de los opositores) suele evaluar, frente a una desgracia como la de Villa Soldati, a quién “favorece” y a quién “perjudica” el infortunio.
Como si el perjuicio no fuera común.
Hay quienes creen que el pacifismo es un signo de ingenuidad política. O una forma de asegurar el status quo.
Hubo, en el siglo XX, alguien que demostró -sin ingenuidad- que el pacifismo puede terminar con la dominación y la injusticia social. Se llamó Mohandas Karamchand Gandhi. Fue, sin duda, una “gran alma”: Mahatma, en sánscrito.
En 1948, durante un rezo vespertino, un hindú de ultraderecha, Nathuram Godse, le disparó a quemarropa con un pistola semiautomática Beretta 38. La violencia pareció imponerse a la no violencia. Sin embargo, de la lucha de Ghandi surgió la India independiente.
No sólo eso: los shudrá, los parias y los mlecha -las castas más baja y más despreciadas- encontraron su reivindicación.
Aquel nacionalista, que predicó la concordia y logró la independencia de su país, también era -en el mejor sentido de la palabra- progresista. Defendía la igualdad y la justicia.
http://www.ucrcapital.org.ar/noticias_detalle.php?id=5771
http://www.youtube.com/watch?v=4ioHzfwsVJY
CON LAS ALAS DE MAXI Y DE DARÍO
OSVALDO BAQUEIRO, FUNCIONARIO MUNICIPAL QUE AUXILIÓ A SANTILLÁN
"En la estación vi un pibe bañado de sangre y rodeado por policías que no hacían nada. Lo agarré y, junto con otra gente, lo cargué en una camioneta para llevarlo al hospital. Le dije que estaba entre amigos y pregunté a quién quería que le avisara, pero me pareció que no confiaba."
Baqueiro continuó: "Luego le improvisé una almohada con su campera y a partir de ahí creo que su actitud cambió. Empezó a balbucear, pero murió. Murió en paz, estoy seguro".
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=506966
OSVALDO BAQUEIRO, FUNCIONARIO MUNICIPAL QUE AUXILIÓ A SANTILLÁN
"En la estación vi un pibe bañado de sangre y rodeado por policías que no hacían nada. Lo agarré y, junto con otra gente, lo cargué en una camioneta para llevarlo al hospital. Le dije que estaba entre amigos y pregunté a quién quería que le avisara, pero me pareció que no confiaba."
Baqueiro continuó: "Luego le improvisé una almohada con su campera y a partir de ahí creo que su actitud cambió. Empezó a balbucear, pero murió. Murió en paz, estoy seguro".
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=506966
Los policías, peor
Un nuevo testigo en el juicio por los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán complicó la situación de los cinco policías que participaron en la represión y que actualmente están acusados de encubrimiento. Se trató de Osvaldo Baqueiro, un ex empleado municipal que presenció la muerte de Darío cuando era trasladado al Hospital Fiorito. Su declaración sirvió para repasar la desidia demostrada por los policías durante los hechos y desmentir la versión de los oficiales acerca de que no se habían dado cuenta de que los piqueteros estaban heridos. “Había un rastro de sangre bastante importante”, aseguró al describir la escena que encontró al llegar a la estación Avellaneda cuando Santillán ya había recibido los disparos.
Por ese entonces Baqueiro era coordinador de la Dirección de Política Ambiental de Avellaneda. Ese día iba rumbo a su trabajo, cuando se encontró en medio de los incidentes y decidió quedarse para asistir a los heridos. Durante una nueva audiencia en el juicio que se sigue en el juzgado de Lomas de Zamora, ayer relató que cuando llegó a la estación de trenes vio que Santillán se encontraba “rodeado” por un grupo de policías que lo movieron dejando “un rastro de sangre bastante importante”. Debido a que “no había médicos ni ambulancias”, explicó que decidió ayudar a los efectivos a levantar el cuerpo para llevarlo hasta la camioneta policial. El testimonio corroboró las pruebas aportadas por los medios y –según evaluaron los abogados de la querella– complicó la situación de algunos de los policías que están siendo procesados por encubrimiento. Particularmente señaló a Gastón Sierra, un oficial que actuó en la patota que comandó Carlos Leiva y que durante ese día actuó tirando con balas de plomo.
A este testimonio ayer se sumó el de Mario Wainfeld, columnista de Página/12, quien apuntó hacia el clima fomentado por el entonces gobierno de Eduardo Duhalde en los días previos a la represión. En este sentido, recordó las declaraciones que dio el ex jefe de Gabinete Alfredo Atanasof, cuando planteó por ese entonces “la falta de represión hacia los manifestantes”. Los abogados de la defensa pidieron la impugnación del relato argumentando que no era pertinente al caso, a pesar de que no es la primera vez que se menciona a la gestión duhaldista y que una de las intenciones de la querella es avanzar sobre los responsables políticos de la masacre. En razón de ello, el Tribunal no dio lugar al pedido.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-56914-2005-09-23.html
EL PUENTE
http://www.youtube.com/watch?v=k5Av6Jgwix0
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