PARA REFLEXIONAR
Los unos y los otros
Fragmento de nota de E. Valdéz*
Mientras los medios pulverizan la imagen de Milagro Sala, los comunicadores más importantes de la TV piden “mano dura” para los pobres menores de edad, presuntamente responsables de los robos y asesinatos. Nos muestran, a su vez, una nueva imagen del éxito: el Sr. Ricardo Fort.
Este mimado por los divos de la televisión tiene 41 años y muchos millones de pesos heredados de papá, a quien se encarga de denostar por haberle exigido ir a la fábrica a trabajar en su juventud. En diciembre de 2001, año de la caída del Estado argentino, Fort tenía 33 años y, según ha manifestado, se fue a vivir a Miami, se compró un Rolls Roys, relojes por miles y miles de dólares y botas por otros tantos miles. En cada aparición nos exhibe nuevas adquisiciones ante el encanto de los conductores. El mensaje es tener para ser.
Milagro Sala tenía 38 años en 2001. Antes, en su juventud, deambuló por las calles, robó y fue presa, consumió drogas, pero desde entonces hasta hoy, según cuenta el director de cine Miguel Pereira en su película Milagro en Jujuy, se construyeron por parte de la Organización Tupac Amaru, en Jujuy, 3.500 viviendas, 14 polideportivos con fútbol, básquet y pileta de natación, un colegio secundario y se está inaugurando uno de Educación Especial, una fábrica de bloques, una de adoquines, otra de caños, a éstas agregaron una textil para guardapolvos. Creó una obra social, entidad que cuenta con 72 mil asociados que tienen cobertura médica y remedios gratis.
Emplea en este tiempo a 2.700 personas que cobran su sueldo en blanco. Nada de esto se vio por TV, muy ocupada en cubrir la opulencia de Fort y los reclamos de “mano dura”. En el año 2001, más del 50% de la población estaba bajo la línea de pobreza. Al día de hoy, llegan a la mitad, una barbaridad. Los jóvenes que hoy tienen 15 años en ese entonces tenían 7, dejaron la escuela, son analfabetos, lo único que entra a su casa es la TV que nos muestra que hay que ser como Ricardo Fort, tener para ser. El problema es que a estos chicos sin escuela nadie les enseñó cómo se tiene. Allí entonces cobra dimensión la obra de Milagro Sala al generar viviendas, empleos, escuelas, salud y recreación. Sólo basta pedir cuánto bajó el delito en Jujuy en estos años y cómo subió en otros lugares.
*Ex jefe de Gabinete de la Cancillería.
Perfil.com
domingo, 17 de enero de 2010
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