CARTA ABIERTA A LOS MILITANTES Y DIRIGENTES
DE LA UNION CIVICA RADICAL
por Marcelo Guillermo Garibaldi
por Marcelo Guillermo Garibaldi
En los ochenta cuando comencé en este apasionante mundo de la militancia política, lo hice como muchos abrazando la misma fuerza política que casi toda mi familia. Poco a poco fui entendiendo que más allá de las afinidades familiares, me ligaban hacia el radicalismo una concepción ética en la forma de ver y entender la política, que hace que el ser humano sea su centro de actuación.
Teníamos en ese entonces un partido que mas allá de las diferencias internas, sabía muy bien cual era el objetivo que debía perseguir, y sobretodo a que sector de la sociedad debía representar. Cada uno de los que militábamos en este partido político estábamos convencidos sobre ¿Que debía ser el Radicalismo? y ¿Para qué existía el Radicalismo?; el primer interrogante se responde con la magnífica definición que da el propio HIPOLITO YRIGOYEN, cuando declara que "La Unión Cívica Radical no es un partido en el concepto militante, es una conjunción de fuerzas emergentes de la opinión nacional, nacida y solidarizadas al calor de las reivindicaciones públicas", y una vez que tengamos no solo en claro que ésta es nuestra misión sino que también encontremos las herramientas necesarias para volver a retomar el camino, es necesario también que recordemos cual debe ser nuestra tarea, y ahí encontramos dos definiciones muy claras y concretas, la primera del propio HIPOLITO YRIGOYEN que dice "Nuestra misión no es la ocupación de los gobiernos, sino la reparación cardinal del origen y sistema de ellos como el único medio para restablecer la moralidad política, las instituciones de la República y el bienestar general", y la segunda realizada por MOISES LEBENSOHN que dijo que "Nuestra tarea es estar allí donde entren en conflicto el privilegio de las cosas o los derechos del dominio con los reclamos de la vida humana, estamos y estaremos con los reclamos de la vida humana, enfrentando a todos los poseedores de la tierra".
Pero casi al mismo tiempo en que terminaba esa gestión gubernamental encabezada por un Radicalismo que garantizó la VIDA, la PAZ y la LIBERTAD para TODOS, se comenzó a vislumbrar un proceso de crisis partidaria que al principio no se le brindó la importancia que había que darle, y entonces lo que en 1987 fue una llamada de atención por parte de la sociedad para que corrigiéramos los errores que podíamos estar cometiendo, dos años mas tarde provocó que nos tuviéramos que ir del gobierno. Esto se produce por un conjunto de situaciones que creo que se pueden enumerar en: vaciamiento de los cuerpos orgánicos partidarios y por ende la construcción de "supuestos iluminados" que se tomaron atribuciones que nadie les había conferido. En definitiva los proyectos personales comenzaron a ser mas importantes que el proyecto del partido en particular y del país en general. Pero el vaciamiento de los cuerpos orgánicos no fue el único problema que debimos afrontar los radicales, sino que tambien podemos enumerar problemáticas tales como: la poca claridad (cuando no nula) en la comunicación de las decisiones adoptadas, la pérdida de una identidad nacional par convertirnos en un conjunto de voluntades provinciales que asemejaban mas a un grupo de libres pensadores que a un partido político, y a todo esto hay que sumarle también que muchos de nuestros dirigentes, muchos de nuestros representantes, piensan solamente en como solucionar sus ambiciones antes que preocuparse por los problemas que sufre la sociedad en general.
Es cierto también señalar que el descreimiento en los partidos políticos por parte de la sociedad no es nuevo, sino que lo podemos ver en distintos momentos de la vida de nuestro país, solo falta recordar que hace cincuenta años uno de los mas grandes dirigentes de nuestro partido CRISOLOGO LARRALDE declaraba que "Un político no es un trepador, ni puede abandonar impunemente ideas que proclamó durante toda su vida. Un político -que debe ser sabio, guerrero y sacerdote- no se logra cuando se escala un posición sino cuando se consuma en obras sus ideas, cuando convierte en obras las promesas levantadas como banderas frente a los pueblos que creen. En otras palabras: no es la suma de las palabras sino la expresión de una conducta, de una moral. Jamás se debe olvidar que entre la caída por la fidelidad a los principios éticos y, al interés del pueblo, y el encumbramiento para la satisfacción de vanidades y sensualismos, lo primero es preferible mil veces porque salvas al hombre y al ciudadano que hay en ti, aunque no consagres al gobernante que alientas [...]. Mucho más importante que llegar a una posición es merecerla".
El problema mayor es que ante la falta de respuesta de una dirigencia que muchas veces se encuentra enfrascada en realidades totalmente distintas a la que atravieza la sociedad en general, lo que hace es que muchas personas se cansen de la falta de respuesta y abandonen la militancia, que abandonen la lucha. Por eso no es nada raro ver como en nuestro partido hay mucha gente que dijo hasta aqui llego, que se cansa de hablar con personas mientras todos le piden que junte afiliados. Se cansa de respetar al prójimo mientras siente que nadie lo respeta. Se cansa de gastar esfuerzos en internas de grupo mientras hay tanta gente que nos necesita. Se cansa de ser una mala persona, cuando dos segundos antes era una maravilla y sin haber cambiado ni una milésima. Se cansa de que los principios sean buenos sólo cuando perjudican al que está enfrente y una tremenda estupidez cuando dejan en evidencia a los nuestros. Las cosas son muy claras para ellos. Quieren ser parte de un grupo que trabaje para despertar la conciencia del que no quiere ver lo que pasa. Quieren ser parte de un proyecto que intente brindar soluciones. Quieren sentarse a discutir con personas de intenciones nobles, aunque a veces se equivoquen. Quieren confiar en el que tenga al lado, saber que pueden contar con él cuando las cosas no salgan del todo bien.
Están hartas de trabajar construyendo, para que los demás destruyan. Están hartas de los arreglos, de las maniobras, de las intrigas y de tratar de manejar la situación, de esperar las promesas que no se cumplirán, los cambios que nunca llegarán. Cuando se tuerce el eje de las prioridades no se puede volver atrás. Los votos no son más valiosos que los seres humanos y, lamentablemente para los que no lo entienden, no centrar la mirada en las personas nos saca votos.
Desde hace algún tiempo a esta parte, venimos observando en el Radicalismo una oleada que bajo el auspicioso lema de la "Renovación Partidaria" pretenden tomar las riendas partidarias, pero terminan por no ser creíbles, ya que lo que dicen no lo acompañan con los hechos. No podemos ni debemos caer en el error conceptual de que la "Renovación" pase solamente por una cuestión de edad, sino que debe ir acompañada de un proceso de cambio en las práctica que se llevan a cabo diariamente. En realidad nos deberíamos preguntar si ¿es posible hablar de renovación partidaria con dirigentes que vienen a cometer los mismos errores que mamaron de aquellos que nos condujeron al estado de crisis en la que nos encontramos actualmente?, y la respuesta es una sola y la define muy bien el Senador Nacional (m.c.) LUIS AGUSTIN LEON, cuando decía que “No hay radicalismo nuevo o viejo, solo existe el que no abandona principios ni traiciona conductas”.
Parece que estamos frente a una novela de ciencia ficción, donde un sector hace una cosa y entonces el otro sector hace otra para responderle y ver quien es el mas guapo, mientras tanto hay mucha gente que sigue sin trabajo, muchos niños que mueren por desnutrición, muchos ancianos que no llegan a terminar el mes con la miseria que le dan en concepto de jubilación o pensión después de haber trabajado a destajo toda su vida y haber aportado lo que la ley le imponía, mientras tanto no se pueden arreglar las escuelas o equipar los hospitales porque no hay recursos, pero en cambio si los hay para que financiar la televisación abierta de los partidos de fútbol, mientras tanto aumenta de manera considerable la cantidad de personas que pasan las noches durmiendo en la calle o en las plazas porque no tienen la posibilidad de obtener una vivienda digna, o aquellos que tienen que mendigar en la calle para llevar un plato de comida a la casa, porque las políticas erróneas de los distintos gobiernos de turno lo dejaron en la calle. Todo esto y mucho mas pasa mientras aquellos que tienen que estar formándose para ocupar los cargos de conducción en una futura gestión gubernamental, están mas preocupados en la interna, en como conseguir mas poder sin dar señales claras de cuales son sus verdaderas propuestas de cambio, o ¿será que no las tienen?.
Para poder revertir esta situación en que nos encontramos, debemos comenzar por ordenar primero el espectro interno: volver a darle la importancia que tienen los cuerpos orgánicos, que todos y cada uno de los dirigentes por mas importantes que sean o se crean asuman la responsabilidad de cumplir en un todo con lo emanado por estos cuerpos partidarios, volver urgentemente a salir a la calle sin esperar que se aproxime la próxima contienda electoral, en definitiva volver a hacer realidad aquella frase que decía “que para un radical no hay mejor cosa que otro radical”, y recién desde ahí vamos a poder presentar propuestas claras y concretas que vuelvan a enamorar a la sociedad.
Es absolutamente necesario que nos pongamos urgentemente a transitar el arduo camino de reordenar nuestra querida fuerza política, pero con la idea bien clara que para eso algunas cosas deben cambiar. No podemos anteponer nombres a las ideas, porque simplemente los nombres de los hombres y mujeres que hoy pueden posicionarse con chances de conducir los destinos del país son pasajeros –cuantas veces hemos visto dirigentes que asomaban como candidatos naturales y al poco tiempo se desinflaron y casi desaparecieron- mientras que las ideas, la ética en la forma de ver y hacer política en una fuerza que va a cumplir casi ciento veinte años de existencia en la vida política argentina, sigue intacta.
Para poder lograr esto, es imperiosamente necesario acordar una serie de puntos o pautas que sean el trampolín de partida del resurgimiento de la Unión Cívica Radical, algunas de las cuales pueden ser:
1- Volver a llenar de contenidos a los Cuerpos Orgánicos Partidarios, para que sean éstos los que decidan el rumbo de acción que llevará nuestro partido;
2- Una vez tomada la decisión en los cuerpos respectivos, respetarlas, llevarlas y divulgarlas en todos lados que sea necesario;
3- Volver a ocupar los lugares que por error u omisión fuimos abandonando, como ser volver a tener presencia activa en los Organismos de Derechos Humanos, Asociaciones Sindicales, y en todo aquel lugar donde se esté cometiendo una injusticia;
4- Abrir el Radicalismo a la sociedad, brindando lugares de contención en las problemáticas sociales existentes, como ser la Creación de un Equipo de Abogados que esten de guardia ante posibles casos violación de algún derecho por parte del Estado hacia los habitantes de la República, con una mirada especial hacia los jóvenes;
5- Volver a sacar el Radicalismo a la calle, sin esperar que se acerque la próxima contienda electoral, ya que en la actualidad los distintos gobiernos (nacionales, provinciales y municipales) seguramente nos estan dando motivos suficientes como para salir a plantear cual es nuestra posición.
Si a todo esto le sumamos la verdadera unificación del Radicalismo, que significa aceptar la vuelta de aquellos que en algún momento decidieron equivocadamente tomar el rumbo facilista de pretender construir su propia fuerza política, y hoy ven que o fueron traicionados por las falsas promesas de transversalidad, o se estan dando cuenta que sin una real estructura nacional no se puede llegar a ninguna parte, pero con la única condición de que vuelvan como cualquier hijo de vecino y hagan nuevamente los deberes (no con la pretensión de querer conducir los destinos partidarios), es muy seguro que muy pronto podamos nuevamente estar en condiciones de conducir los destinos de este querido país.
Si logramos revertir esta situación, nos unimos todos mas allá de los accidentales lineamientos internos existentes, es muy seguro que le estemos dando la posibilidad a las futuras generaciones que cuenten con una herramienta fundamental para su transformación y cuidado, pero en cambio si seguimos pensando en la construcción de nuevos movimientos internos que tengan la misma función que en la actualidad, lo único que vamos a conseguir es convertirnos en aquellos que están conduciendo a este nuevo Titanic lenta pero inexorablemente hacia el témpano de hielo que provocará la ruptura y el posterior hundimiento para siempre.
Teníamos en ese entonces un partido que mas allá de las diferencias internas, sabía muy bien cual era el objetivo que debía perseguir, y sobretodo a que sector de la sociedad debía representar. Cada uno de los que militábamos en este partido político estábamos convencidos sobre ¿Que debía ser el Radicalismo? y ¿Para qué existía el Radicalismo?; el primer interrogante se responde con la magnífica definición que da el propio HIPOLITO YRIGOYEN, cuando declara que "La Unión Cívica Radical no es un partido en el concepto militante, es una conjunción de fuerzas emergentes de la opinión nacional, nacida y solidarizadas al calor de las reivindicaciones públicas", y una vez que tengamos no solo en claro que ésta es nuestra misión sino que también encontremos las herramientas necesarias para volver a retomar el camino, es necesario también que recordemos cual debe ser nuestra tarea, y ahí encontramos dos definiciones muy claras y concretas, la primera del propio HIPOLITO YRIGOYEN que dice "Nuestra misión no es la ocupación de los gobiernos, sino la reparación cardinal del origen y sistema de ellos como el único medio para restablecer la moralidad política, las instituciones de la República y el bienestar general", y la segunda realizada por MOISES LEBENSOHN que dijo que "Nuestra tarea es estar allí donde entren en conflicto el privilegio de las cosas o los derechos del dominio con los reclamos de la vida humana, estamos y estaremos con los reclamos de la vida humana, enfrentando a todos los poseedores de la tierra".
Pero casi al mismo tiempo en que terminaba esa gestión gubernamental encabezada por un Radicalismo que garantizó la VIDA, la PAZ y la LIBERTAD para TODOS, se comenzó a vislumbrar un proceso de crisis partidaria que al principio no se le brindó la importancia que había que darle, y entonces lo que en 1987 fue una llamada de atención por parte de la sociedad para que corrigiéramos los errores que podíamos estar cometiendo, dos años mas tarde provocó que nos tuviéramos que ir del gobierno. Esto se produce por un conjunto de situaciones que creo que se pueden enumerar en: vaciamiento de los cuerpos orgánicos partidarios y por ende la construcción de "supuestos iluminados" que se tomaron atribuciones que nadie les había conferido. En definitiva los proyectos personales comenzaron a ser mas importantes que el proyecto del partido en particular y del país en general. Pero el vaciamiento de los cuerpos orgánicos no fue el único problema que debimos afrontar los radicales, sino que tambien podemos enumerar problemáticas tales como: la poca claridad (cuando no nula) en la comunicación de las decisiones adoptadas, la pérdida de una identidad nacional par convertirnos en un conjunto de voluntades provinciales que asemejaban mas a un grupo de libres pensadores que a un partido político, y a todo esto hay que sumarle también que muchos de nuestros dirigentes, muchos de nuestros representantes, piensan solamente en como solucionar sus ambiciones antes que preocuparse por los problemas que sufre la sociedad en general.
Es cierto también señalar que el descreimiento en los partidos políticos por parte de la sociedad no es nuevo, sino que lo podemos ver en distintos momentos de la vida de nuestro país, solo falta recordar que hace cincuenta años uno de los mas grandes dirigentes de nuestro partido CRISOLOGO LARRALDE declaraba que "Un político no es un trepador, ni puede abandonar impunemente ideas que proclamó durante toda su vida. Un político -que debe ser sabio, guerrero y sacerdote- no se logra cuando se escala un posición sino cuando se consuma en obras sus ideas, cuando convierte en obras las promesas levantadas como banderas frente a los pueblos que creen. En otras palabras: no es la suma de las palabras sino la expresión de una conducta, de una moral. Jamás se debe olvidar que entre la caída por la fidelidad a los principios éticos y, al interés del pueblo, y el encumbramiento para la satisfacción de vanidades y sensualismos, lo primero es preferible mil veces porque salvas al hombre y al ciudadano que hay en ti, aunque no consagres al gobernante que alientas [...]. Mucho más importante que llegar a una posición es merecerla".
El problema mayor es que ante la falta de respuesta de una dirigencia que muchas veces se encuentra enfrascada en realidades totalmente distintas a la que atravieza la sociedad en general, lo que hace es que muchas personas se cansen de la falta de respuesta y abandonen la militancia, que abandonen la lucha. Por eso no es nada raro ver como en nuestro partido hay mucha gente que dijo hasta aqui llego, que se cansa de hablar con personas mientras todos le piden que junte afiliados. Se cansa de respetar al prójimo mientras siente que nadie lo respeta. Se cansa de gastar esfuerzos en internas de grupo mientras hay tanta gente que nos necesita. Se cansa de ser una mala persona, cuando dos segundos antes era una maravilla y sin haber cambiado ni una milésima. Se cansa de que los principios sean buenos sólo cuando perjudican al que está enfrente y una tremenda estupidez cuando dejan en evidencia a los nuestros. Las cosas son muy claras para ellos. Quieren ser parte de un grupo que trabaje para despertar la conciencia del que no quiere ver lo que pasa. Quieren ser parte de un proyecto que intente brindar soluciones. Quieren sentarse a discutir con personas de intenciones nobles, aunque a veces se equivoquen. Quieren confiar en el que tenga al lado, saber que pueden contar con él cuando las cosas no salgan del todo bien.
Están hartas de trabajar construyendo, para que los demás destruyan. Están hartas de los arreglos, de las maniobras, de las intrigas y de tratar de manejar la situación, de esperar las promesas que no se cumplirán, los cambios que nunca llegarán. Cuando se tuerce el eje de las prioridades no se puede volver atrás. Los votos no son más valiosos que los seres humanos y, lamentablemente para los que no lo entienden, no centrar la mirada en las personas nos saca votos.
Desde hace algún tiempo a esta parte, venimos observando en el Radicalismo una oleada que bajo el auspicioso lema de la "Renovación Partidaria" pretenden tomar las riendas partidarias, pero terminan por no ser creíbles, ya que lo que dicen no lo acompañan con los hechos. No podemos ni debemos caer en el error conceptual de que la "Renovación" pase solamente por una cuestión de edad, sino que debe ir acompañada de un proceso de cambio en las práctica que se llevan a cabo diariamente. En realidad nos deberíamos preguntar si ¿es posible hablar de renovación partidaria con dirigentes que vienen a cometer los mismos errores que mamaron de aquellos que nos condujeron al estado de crisis en la que nos encontramos actualmente?, y la respuesta es una sola y la define muy bien el Senador Nacional (m.c.) LUIS AGUSTIN LEON, cuando decía que “No hay radicalismo nuevo o viejo, solo existe el que no abandona principios ni traiciona conductas”.
Parece que estamos frente a una novela de ciencia ficción, donde un sector hace una cosa y entonces el otro sector hace otra para responderle y ver quien es el mas guapo, mientras tanto hay mucha gente que sigue sin trabajo, muchos niños que mueren por desnutrición, muchos ancianos que no llegan a terminar el mes con la miseria que le dan en concepto de jubilación o pensión después de haber trabajado a destajo toda su vida y haber aportado lo que la ley le imponía, mientras tanto no se pueden arreglar las escuelas o equipar los hospitales porque no hay recursos, pero en cambio si los hay para que financiar la televisación abierta de los partidos de fútbol, mientras tanto aumenta de manera considerable la cantidad de personas que pasan las noches durmiendo en la calle o en las plazas porque no tienen la posibilidad de obtener una vivienda digna, o aquellos que tienen que mendigar en la calle para llevar un plato de comida a la casa, porque las políticas erróneas de los distintos gobiernos de turno lo dejaron en la calle. Todo esto y mucho mas pasa mientras aquellos que tienen que estar formándose para ocupar los cargos de conducción en una futura gestión gubernamental, están mas preocupados en la interna, en como conseguir mas poder sin dar señales claras de cuales son sus verdaderas propuestas de cambio, o ¿será que no las tienen?.
Para poder revertir esta situación en que nos encontramos, debemos comenzar por ordenar primero el espectro interno: volver a darle la importancia que tienen los cuerpos orgánicos, que todos y cada uno de los dirigentes por mas importantes que sean o se crean asuman la responsabilidad de cumplir en un todo con lo emanado por estos cuerpos partidarios, volver urgentemente a salir a la calle sin esperar que se aproxime la próxima contienda electoral, en definitiva volver a hacer realidad aquella frase que decía “que para un radical no hay mejor cosa que otro radical”, y recién desde ahí vamos a poder presentar propuestas claras y concretas que vuelvan a enamorar a la sociedad.
Es absolutamente necesario que nos pongamos urgentemente a transitar el arduo camino de reordenar nuestra querida fuerza política, pero con la idea bien clara que para eso algunas cosas deben cambiar. No podemos anteponer nombres a las ideas, porque simplemente los nombres de los hombres y mujeres que hoy pueden posicionarse con chances de conducir los destinos del país son pasajeros –cuantas veces hemos visto dirigentes que asomaban como candidatos naturales y al poco tiempo se desinflaron y casi desaparecieron- mientras que las ideas, la ética en la forma de ver y hacer política en una fuerza que va a cumplir casi ciento veinte años de existencia en la vida política argentina, sigue intacta.
Para poder lograr esto, es imperiosamente necesario acordar una serie de puntos o pautas que sean el trampolín de partida del resurgimiento de la Unión Cívica Radical, algunas de las cuales pueden ser:
1- Volver a llenar de contenidos a los Cuerpos Orgánicos Partidarios, para que sean éstos los que decidan el rumbo de acción que llevará nuestro partido;
2- Una vez tomada la decisión en los cuerpos respectivos, respetarlas, llevarlas y divulgarlas en todos lados que sea necesario;
3- Volver a ocupar los lugares que por error u omisión fuimos abandonando, como ser volver a tener presencia activa en los Organismos de Derechos Humanos, Asociaciones Sindicales, y en todo aquel lugar donde se esté cometiendo una injusticia;
4- Abrir el Radicalismo a la sociedad, brindando lugares de contención en las problemáticas sociales existentes, como ser la Creación de un Equipo de Abogados que esten de guardia ante posibles casos violación de algún derecho por parte del Estado hacia los habitantes de la República, con una mirada especial hacia los jóvenes;
5- Volver a sacar el Radicalismo a la calle, sin esperar que se acerque la próxima contienda electoral, ya que en la actualidad los distintos gobiernos (nacionales, provinciales y municipales) seguramente nos estan dando motivos suficientes como para salir a plantear cual es nuestra posición.
Si a todo esto le sumamos la verdadera unificación del Radicalismo, que significa aceptar la vuelta de aquellos que en algún momento decidieron equivocadamente tomar el rumbo facilista de pretender construir su propia fuerza política, y hoy ven que o fueron traicionados por las falsas promesas de transversalidad, o se estan dando cuenta que sin una real estructura nacional no se puede llegar a ninguna parte, pero con la única condición de que vuelvan como cualquier hijo de vecino y hagan nuevamente los deberes (no con la pretensión de querer conducir los destinos partidarios), es muy seguro que muy pronto podamos nuevamente estar en condiciones de conducir los destinos de este querido país.
Si logramos revertir esta situación, nos unimos todos mas allá de los accidentales lineamientos internos existentes, es muy seguro que le estemos dando la posibilidad a las futuras generaciones que cuenten con una herramienta fundamental para su transformación y cuidado, pero en cambio si seguimos pensando en la construcción de nuevos movimientos internos que tengan la misma función que en la actualidad, lo único que vamos a conseguir es convertirnos en aquellos que están conduciendo a este nuevo Titanic lenta pero inexorablemente hacia el témpano de hielo que provocará la ruptura y el posterior hundimiento para siempre.
En definitiva, seremos nosotros los que tendremos que decidir si la UNION CIVICA RADICAL seguiré teniendo cien años mas de vida, o seremos los responsables de firmar el acta de defunción, y ya nunca poder mirar a los ojos sin sentir vergüenza a las próximas generaciones que seguramente nunca nos perdonarían hacer eso.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 14 de Noviembre de 2009.-
Marcelo Guillermo Garibaldi (ucrgaribaldi@gmail.com)
En la foto superior Marcelo Garibaldi junto a Lidia Zeballos, Carolina Vazquez y Laura González entre otros militantes en almuerzo radical en la Boca.Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 14 de Noviembre de 2009.-
Marcelo Guillermo Garibaldi (ucrgaribaldi@gmail.com)
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