Mucha impotencia.
La corrupción es el acto más egoísta del que puede ser victima la democracia. El funcionario público que la practica no solo se apropia injustificadamente de lo que es de todos, sino que también defrauda al ciudadano que con su voto confió en el sistema y avergüenza con sus actos a los compañeros que con su militancia trabajaron para que pueda acceder a esa posición de poder.
Ninguno de nosotros, ni aún siquiera en aras de pretender quitarle un triunfo al adversario, puede cometer la torpeza de tratar de defender lo indefendible. Las ideas por las que luchamos, requieren de nuestra parte, una actitud ejemplar en el ejercicio de la ética y la solidaridad.
Un corrupto piensa solo en si mismo, un militante consagra su vida a los demás. La diferencia es enorme y constitutiva de nuestra esencia, tanto, que no se nos puede pasar por alto ni un solo instante.
Naturalmente las decenas de operaciones mediáticas instrumentadas para debilitar a los proyectos populares en toda América Latina justifican ciertas precauciones, pero ello no nos habilita a que caigamos en una obstinada negación de lo evidente. Si un ex funcionario cometió un delito debe ir a la cárcel.
Estamos en un momento muy difícil de la Argentina. Sabemos que muchos políticos inescrupulosos y corruptos que hoy están en el gobierno, van a querer utilizar este último episodio -por todos conocido- para tratar de legitimar el brutal ajuste que vienen llevando adelante y disimular de paso sus propias miserias. Ser contundentes a la hora de condenar cualquier acto de corrupción cometido por cualquiera, es a todas luces la única forma de afrontar los próximos debates.
Quienes toda la vida formamos parte de construcciones colectivas sabemos que las desviaciones individuales de conductas reprochables son moneda corriente en todas las estructuras políticas, tanto como lo son las tentaciones del salvataje individual. No resignarnos a ello es imprescindible.
Esperemos que estos lamentables acontecimientos que hoy conmueven a nuestra patria al menos nos sirvan para poner en debate la necesidad de perfeccionar los mecanismos de control y poder así sacar definitivamente del debate político los temas que por su naturaleza le están reservados a los tribunales.
El riesgo latente de la antipolitica aún esta presente en nuestro país, esperemos estar a la altura de las circunstancias.
LEANDRO SANTORO CON TOGNETTI EN RADIO
Leandro Santoro por Radio del Plata 150616 Creado por claudia.morera.5
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