
UNIÓN CÍVICA RADICAL
26 de JULIO DE 1890
UNICA CUNA REVOLUCIONARIA
LA REVOLUCIÓN DEL PARQUE
Al comenzar la última década del siglo XIX, un hecho de armas dividió la historia del país en dos etapas bien diferenciadas. La Revolución del Parque significó el comienzo de la política moderna. A pesar de la derrota, se convirtió en bandera de lucha del radicalismo y promovió una rectificación del esquema de poder del régimen.
Una generación fue quedando atrás y aparecieron nuevos valores, tanto en las filas del oficialismo como en los distintos grupos de oposición. La revolución de 1890 quedó fijada en la memoria de la comunidad argentina (sobre todo en Buenos Aires), y debido a ello fue durante largo tiempo fuente de inspiración política.
La revolución de 1890 se conoce como "Revolución del Parque”, porque la oposición se atrincheró en el Cuartel del Parque de Artillería (la actual Plaza Lavalle) y desde allí iniciaron los combates que duraron tres días. En las filas de los revolucionarios habla figuras como Leandro N. Alem, Lisandro de la Torre, Aristóbulo del Valle, Hipólito Yrigoyen, Nicolás Repetto, Emilio Mitre (hermano de Bartolomé) , Marcelo T. de Alvear y Juan B. Justo.
La revolución cívico-militar que estalla el 26 de julio de 1890 a la madrugada y cuyo escenario principal está en el Parque de Artillería de Buenos Aires, es uno de esos acontecimientos que marcan un punto de viraje en la historia.
En lo inmediato, provocó la renuncia del presidente Miguel Juárez Celman y su reemplazo por Carlos Pellegrini. Entre sus consecuencias posteriores corresponde señalar la vertebración de la Unión Cívica, una fuerza llamada a ser el tronco inicial de corrientes políticas con larga vida en el escenario nacional y el reagrupamiento del roquismo y el mitrismo en un virtual entendimiento que duró hasta 1912 y estuvo destinado a sostener el orden de cosas vigente. Además, basta destacar que en el Parque se encontraban, junto a Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen, el doctor Juan B. Justo y el doctor Lisandro de la Torre, Marcelo de Alvear, el subteniente José Félix Uriburu y otros importantes protagonistas de las décadas siguientes.
Derrotada como hecho de fuerza, la revolución del Parque constituye, pues, el punto de arranque de los procesos políticos que caracterizaron la vida republicana del país hasta 1943.
La crisis Económica en 1890, con Juárez Celman: En 1889, la expansión económica comenzó a mostrar su debilidad. La deuda externa de país, contraída por la entrada de capitales extranjeros, aumentó y también crecieron las importaciones. En teoría, las exportaciones debían pagar las importaciones y los servicios de la deuda. Sin embargo, las importaciones y los intereses de los préstamos crecieron más rápidamente que las exportaciones, de modo que sólo podían cancelarse mediante nuevos préstamos.
El flujo de capitales extranjeros comenzó a disminuir, hasta que en 1890 una crisis financiera y económica europea provocó su interrupción. Sin préstamos no podían pagar los intereses de los préstamos obtenidos anteriormente y la caída de los precios internacionales de los productos de exportación agravó el desequilibrio de la balanza comercial.
Uno de los resultados de este proceso fue la inflación que modificó los precios internos de la economía argentina (cada vez eran necesarios más pesos para comprar la misma cantidad de unidades de un producto). Esta inflación resultaba beneficiosa para los sectores de la población vinculados con el negocio de la exportación, particularmente los terratenientes exportadores —qué recibían oro como pago por sus exportaciones— y también los colonos, comerciantes y transportistas. Pero perjudicaba a los sectores que dependían de ingresos fijos, como los empleados en las empresas y comercios privados y en la administración pública, y los obreros, cuyos salarios no crecían con la misma rapidez que la desvalorización del peso.
Se produjo el cierre de la mayoría de los bancos, la paralización de las obras públicas y la quiebra de comercios. La desocupación se generalizó. A esto se sumó la demanda de mejoras salariales que hicieron proliferar las huelgas de zapateros, panaderos y ferroviarios, entre otros gremios. De esta manera, el principal capital político del presidente Juárez Celman comenzó a licuarse y afloraron las tensiones políticas contenidas por el progreso económico.
LA REVOLUCIÓN DEL 90:
La Unión Cívica —agrupación reorganizada por Bartolomé Mitre Leandro N. Alem— inició los movimientos de la oposición, descontenta por lo que consideraba corrupción y falta de responsabilidad en el gobierno. Puso en práctica una modalidad política que no era habitual en el país: invitó a toda la población que estuviera en desacuerdo con el gobierno a reuniones abiertas. En abril de 1890 — en el mitin del Frontón— se reunió una multitud que manifestó su desacuerdo con el gobierno.
La situación del gobierno se agravó porque algunos grupos del Partido Autonomista Nacional le retiraron su apoyo. Julio A. Roca y Carlos Pellegrini no estaban de acuerdo con las políticas de gobierno que Juárez Celman había desarrollado, porque consideraban que, el poder había caído en manos de “niños irresponsables”, como calificaban a los sostenedores del presidente.
La Unión Cívica y los grupos del PAN que respondían a Roca estaban de acuerdo en que era necesario terminar con la corrupción administrativa que se había generalizado y restaurar el orden en las finanzas del Estado. Comprendían que aunque la depreciación favorecía a los productores agropecuarios, creaba condiciones negativas para las inversiones de capitales extranjeros, que eran indispensables para el desarrollo de la actividad rural.
Pero no estaban de acuerdo en los objetivos políticos que debía tener el movimiento contra el gobierno. Roca y Pellegrini buscaban recuperar el poder político para depositarlo en manos conservadoras y confiables para asegurar la continuidad del sistema de gobierno oligárquico. La Unión Cívica —particularmente el sector que lideraba Leandro N. Alem—, en cambio, proponía modificar en algunos aspectos el sistema de gobierno.
El 26 de julio de 1890 se produjo el enfrentamiento armado. La Unión Cívica estaba apoyada por un sector del ejército y el gobierno contaba con la policía. Sin embargo, la revolución fue derrotada, porque ante la posibilidad de que si la revolución triunfaba Leandro N. Alem fuera presidente de la República, los militares rebeldes sólo desarrollaron movimientos defensivos. De todos modos, sin el apoyo del ejército ni de los sectores más poderosos, el PAN, el presidente Juárez Celman renunció.
Con el acuerdo de arte de la Unión Cívica Carlos Pellegrini asumió la presidencia con el objetivo de restablecer el poder de la clase gobernante. Aunque el poder y el gobierno continuaron en manos de los grupos más conservadores, la experiencia de 1890 sentó las bases de la organización de una nueva oposición política al régimen vigente.
Fuente Consultada: Historia de la Argentina Cuadernillo de Crónica La Revolución del Parque
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