EMIR MERCADER - UNA CONDUCTA RADICAL
por Gustavo Aramburu
Un 19 de marzo de 1964, nos dejaba EMIR MERCADER.
Prestigioso dirigente radical, excelente medico, amante del turf como de la literatura. RADICAL de veras, es digno reivindicar su figura, ya que a lo largo de su vida sufrió avatares por sostener su fe radical .
A semanas del golpe septembrino fue orador en el acto del Teatro Real de Rosario, padeció la tortura de mano de los esbirros de Polito Lugones.
Conoció en la decada del 30 el frió y la soledad del presidio de Ushuaia al igual que Ricardo Rojas, Honorio Pueyrredón, Adolfo Güemes, Enrique M. Mosca, Pedro Bidegain, Víctor Juan Guillot, Mario Guido, Alvarez de Toledo y José Pecco. Mercader dejó grandes recuerdos entre los pobladores ya que atendía como médico a los mismos sin cobrarle.
El oficialismo peronista de la década del 40/50 lo encontró integrando un elenco histórico de parlamentarios.
Emir Mercader era un orador de los que ya no quedan; recurría con frecuencia a las metáforas y empleaba un lenguaje poético. Cuentan que con Ricardo Balbín en la campaña del 38 apostaban quien hacia lagrimear a Don MARCELO.
Mi humilde homenaje en èl, a muchos radicales, que brindaron todo por una causa, que jamás se sirvieron de ella, que no supieron de agachadas, saltimbanquismo o apostasías.
Solo abrevando en lo mejor de nuestra historia y nuestra mística, el radicalismo lograra cumplir el mandato de consumar la verdadera revolución nacional y democrática que esta patria requiere.
Biografía
MERCADER, Dr. Emir Eduardo (1900-1964) Fue una figura casi mítica en el radicalismo especialmente en la década infame y en la siguiente, por talento, su coraje y su inquebrantable fervor radical, a la par que, como médico reumatólogo, ejerció su profesión con afán superador y en permanente estudio y actualización.
A la vez que toda esa tarea, tuvo tiempo para hacerse famoso, con el seudónimo de “Pancho Talero”, como cronista de turf en varios de los periódicos más importantes del país.
En el plano partidario integró muchos organismos, entre ellos la Convención Nacional.
Era el “Negro” Mercader, además, un orador extraordinario, que, si hacía falta, o el adversario era prepotente, no dudaba en usar la ironía, que generaba su con gran facilidad.
Fue diputado nacional por la provincia de Buenos Aires en los períodos 1940-1944 (truncado en 1943), 1948-1952 y 1960-1964, mandato interrumpido por haber el Dr- J.M. Guido disuelto el Congreso, en forma arbitraria, ilegal e impuesta por sectores totalitarios de las Fuerzas Armadas. Su personalidad y carácter le valieron varias detenciones en los tiempos en que las libertades eran poco valoradas en las altas esferas. No se callaba, aun cuando la prudencia, como decía el poeta, indicaba “el silencio o el miedo”. A comienzos de los treinta, fue a parar con otros radicales al penal de Ushuaia. Y no cejó en la lucha.
El Dr. Mercader, lo señaló su partido al momento de su muerte, fue “un idealista que despreció los bienes materiales”. Su sentido de la solidaridad, su verdadero enamoramiento del ideario radical lo convirtieron “un símbolo del político que con fe en su pueblo trabaja seguro del destino de la Argentina”, como lo señaló Alfredo Ghiglione, presidente del Comité de la Provincia de Buenos Aires, al despedir sus restos.
Este hombre brillante, que pudo haber sido tranquilamente un millonario, prefirió estar en la trinchera popular, con inteligencia, con coraje y sin pensar en su persona, sino en sus conciudadanos, a los soñaba con libertad y bienestar.
Este ejemplar radical falleció el 19 de marzo de 1964.
La fotografía del Dr. Emir Mercader fue facilitada por la correligionaria Lic. Claudia Guebel, de algín periódico de la época de su deceso.
por Gustavo Aramburu
Un 19 de marzo de 1964, nos dejaba EMIR MERCADER.
Prestigioso dirigente radical, excelente medico, amante del turf como de la literatura. RADICAL de veras, es digno reivindicar su figura, ya que a lo largo de su vida sufrió avatares por sostener su fe radical .
A semanas del golpe septembrino fue orador en el acto del Teatro Real de Rosario, padeció la tortura de mano de los esbirros de Polito Lugones.
Conoció en la decada del 30 el frió y la soledad del presidio de Ushuaia al igual que Ricardo Rojas, Honorio Pueyrredón, Adolfo Güemes, Enrique M. Mosca, Pedro Bidegain, Víctor Juan Guillot, Mario Guido, Alvarez de Toledo y José Pecco. Mercader dejó grandes recuerdos entre los pobladores ya que atendía como médico a los mismos sin cobrarle.
El oficialismo peronista de la década del 40/50 lo encontró integrando un elenco histórico de parlamentarios.
Emir Mercader era un orador de los que ya no quedan; recurría con frecuencia a las metáforas y empleaba un lenguaje poético. Cuentan que con Ricardo Balbín en la campaña del 38 apostaban quien hacia lagrimear a Don MARCELO.
Mi humilde homenaje en èl, a muchos radicales, que brindaron todo por una causa, que jamás se sirvieron de ella, que no supieron de agachadas, saltimbanquismo o apostasías.
Solo abrevando en lo mejor de nuestra historia y nuestra mística, el radicalismo lograra cumplir el mandato de consumar la verdadera revolución nacional y democrática que esta patria requiere.
Biografía
MERCADER, Dr. Emir Eduardo (1900-1964) Fue una figura casi mítica en el radicalismo especialmente en la década infame y en la siguiente, por talento, su coraje y su inquebrantable fervor radical, a la par que, como médico reumatólogo, ejerció su profesión con afán superador y en permanente estudio y actualización.
A la vez que toda esa tarea, tuvo tiempo para hacerse famoso, con el seudónimo de “Pancho Talero”, como cronista de turf en varios de los periódicos más importantes del país.
En el plano partidario integró muchos organismos, entre ellos la Convención Nacional.
Era el “Negro” Mercader, además, un orador extraordinario, que, si hacía falta, o el adversario era prepotente, no dudaba en usar la ironía, que generaba su con gran facilidad.
Fue diputado nacional por la provincia de Buenos Aires en los períodos 1940-1944 (truncado en 1943), 1948-1952 y 1960-1964, mandato interrumpido por haber el Dr- J.M. Guido disuelto el Congreso, en forma arbitraria, ilegal e impuesta por sectores totalitarios de las Fuerzas Armadas. Su personalidad y carácter le valieron varias detenciones en los tiempos en que las libertades eran poco valoradas en las altas esferas. No se callaba, aun cuando la prudencia, como decía el poeta, indicaba “el silencio o el miedo”. A comienzos de los treinta, fue a parar con otros radicales al penal de Ushuaia. Y no cejó en la lucha.
El Dr. Mercader, lo señaló su partido al momento de su muerte, fue “un idealista que despreció los bienes materiales”. Su sentido de la solidaridad, su verdadero enamoramiento del ideario radical lo convirtieron “un símbolo del político que con fe en su pueblo trabaja seguro del destino de la Argentina”, como lo señaló Alfredo Ghiglione, presidente del Comité de la Provincia de Buenos Aires, al despedir sus restos.
Este hombre brillante, que pudo haber sido tranquilamente un millonario, prefirió estar en la trinchera popular, con inteligencia, con coraje y sin pensar en su persona, sino en sus conciudadanos, a los soñaba con libertad y bienestar.
Este ejemplar radical falleció el 19 de marzo de 1964.
La fotografía del Dr. Emir Mercader fue facilitada por la correligionaria Lic. Claudia Guebel, de algín periódico de la época de su deceso.
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