La UCR salió a criticar el voto de Cobos
Los radicales se despegaron del apoyo del vicepresidente a la remoción de Martín Redrado. El senador Morales advirtió que el partido tenía otra posición. Lo acusan de cerrarse en sus colaboradores y le critican que quedara alineado al Gobierno.
Crítica de la Argentina - Julio Cobos comenzó su tiempo de descuento. Aunque parezca estar a la vuelta de la esquina, el 2011 todavía está lejos, y su voto junto al kirchnerismo a favor de la destitución de Martín Redrado como presidente del BCRA, aumentó las suspicacias de los principales dirigentes del radicalismo que, más por necesidad que por virtud, lo ven como el posible candidato presidencial de la UCR. El mendocino se refugió en la opinión de un reducido grupo de asesores y cerró los teléfonos a la mayoría de los dirigentes radicales que intentaron disuadirlo, sin éxito, de que no era necesario pronunciarse sobre el tema ya que luego de la renuncia de Redrado la cuestión se había vuelto abstracta.
El jujeño Gerardo Morales, titular de la bancada radical en el Senado, no dudó en admitir que no estaba de acuerdo con la decisión de Cobos y destacó que la posición del mendocino “no era la del partido”. El senador, la cara visible de la reconstrucción partidaria después de la caída de Fernando de la Rúa, es uno de los críticos más duros de Cobos y del denominado radicalismo K.
Morales reconoció ayer que las autoridades partidarias le habían recomendado que le aconseje a la Presidenta “aceptar la renuncia de Redrado y dar por cerrado el tema”. El jefe de senadores del PJ no fue una voz en el desierto. Desde el porteño Ricardo Gil Lavedra hasta Ricardo Alfonsín y el propio titular de la UCR, Ernesto Sanz, habían insistido en que no era necesario darle ningún consejo a Cristina Fernández después de la renuncia de Redrado.
El bonaerense, Rubén Lanceta, identificado históricamente con la línea partidaria que referencia a Federico Storani, no dudó en declarar que “Cobos se equivocó”. El sector más afín a Cobos dentro del radicalismo, ese que reúne a Jesús Rodríguez, Storani, Enrique Nosiglia, entre otros, no duda en reconocer en voz baja que con el voto del martes, “Cobos se hizo daño a sí mismo. No cosechó adhesiones ni hacia fuera del partido, ni al interior”.
Cuando la bicameral se encontraba en receso y faltaba poco para la definición del tema, Sanz intentó, a través de Raúl Baglini, uno de los principales asesores del vicepresidente, hacerle saber que no era necesario que se pronuncie, ni que la comisión tuviera un dictamen.
Cobos no escuchó la recomendación. Es más, algunos radicales repetían indignados ayer que el mendocino había sido convencido sobre la obligatoriedad de un dictamen de mayoría por la insistencia del kirchnerista Gustavo Marconato. En ese punto, Alfonso Prat-Gay no supo contraponer argumentos. Los radicales aseguran que el empuje de Marconato terminó llevando al vicepresidente hacia las costas del oficialismo.
Antes de la reunión de la bicameral, algunos dirigentes radicales especulaban con el apoyo de Prat-Gay para imponer el criterio de que la opinión de la comisión se había vuelto abstracta. De esta manera hubiera evitado la votación. El sábado, desde Punta del Este, en diálogo telefónico con el radical Sanz, Prat-Gay coincidió con él en que después de la renuncia de Redrado no era necesario que la bicameral se pronuncie sobre la remoción. El lunes, cuando llegó a Buenos Aires, el economista se refugió en la disciplina partidaria y siguió los argumentos de Elisa Carrió y la Coalición Cívica. La chaqueña negó ayer haber presionado a Prat Gay para cambiar su voto. Lo hizo luego de la habitual ronda diaria de chicanas que le dedica el ministro Aníbal Fernández.
Carrió defendió la actuación de Prat-Gay y se refugió en la decisión partidaria. Más allá de que la chaqueña reivindicó los principios frente a lo que califica como “un atropello institucional” del Gobierno, también primó una fuerte dosis de cálculo político en su decisión. La posibilidad de presentarse como la única opositora al kirchnerismo no es menor para Carrió. No desaprovechó la oportunidad y encasilló a Cobos en la categoría de “oficialismo disidente”.
Curiosamente, la única mirada benevolente sobre el voto de Cobos no provino de ninguno de sus aliados, ni tampoco del radicalismo, sino de la justicialista Hilda Chiche Duhalde. Aunque los asesores le recomiendan a Cobos hacer la gran Walt Disney y mantenerse congelado hasta el 2011, esa fecha está cada vez más lejos.
http://www.youtube.com/watch?v=3PbYbt96ya0
viernes, 5 de febrero de 2010
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