Illia, Alfonsín, legado ético

Félix Luna, por Facundo Suárez Lastra

Cuando me hice cargo de la Intendencia de Buenos Aires, recibí un gobierno ordenado y en marcha que dejó ese gran intendente radical que fue Julio Cesar Saguier . Varios de los secretarios de su gabinete me acompañaron hasta el final de la gestión, entre ellos Félix Luna.

Para un intendente de 32 años, a cargo de una ciudad de la importancia y vitalidad de Buenos Aires, contar con la colaboración de un hombre con la sabiduría y prudencia de Félix Luna , fue un verdadero privilegio de la vida.

Tanto Falucho como su predecesor, Pacho O´Donell , entendieron que con las políticas culturales se podía hacer de la ciudad y su espacio público el lugar donde la creatividad artística y los anhelos de libertad y expresión de la gente pudieran desarrollarse. La impronta de esas primeras gestiones, todavía perdura en muchos programas culturales a más de 20 años de su paso por la función pública.

Quiero en este momento de dolor, compartir el recuerdo de una experiencia única que protagonizó como Secretario de Cultura. Al inaugurar el primer encuentro de payadores rioplatenses, su discurso lo hizo tocando la guitarra y recitando versos al modo de payador. Resumía así su vasta cultura y su profunda vocación popular.

Para millones de argentinos Félix Luna significó el encuentro con una historia rigurosa, contada en forma amena y amigable. Para la Ciudad de Buenos Aires, un gran secretario de Cultura. Para los radicales no fue un hombre de partido en sentido más militante de la palabra, pero fue algo mucho más que eso, un hombre escuchado y respetado que predicó toda su vida los valores históricos del radicalismo. Para mi haber contado con su afecto y colaboración, uno de los pocos privilegios que cada tanto regala la política.

Facundo Suárez Lastra
Ex Intendente de la Capital Federal