ILLIA, PREMIO INTERNACIONAL GANDHI POR HUMANIZAR EL PODER. (por Gustavo Angerame)
Muy pocos argentinos, incluídos correligionarios están enterados de este reconocimiento que recibió don Arturo antes de su fallecimiento, una distinción de nivel internacional donde se resalta sus valores humanos en el ejercicio del poder. Siempre es bueno repasar la biografía de este ser humano excepcional, que supo enaltecer la actividad de la política emparentándola con la honestidad y transparencia, sin dejar por ello de ser firme a la hora de la dignidad nacional, vale destacar la anulación de los contratos petroleros como la ley de medicamentos, entre otras.
Arturo Umberto Illia nació en Pergamino, pcia. de Buenos Aires, el 4 de agosto de 1900, y murió en la ciudad de Córdoba el 18 de enero de 1983. Fue presidente electo de los argentinos entre los años 1963 y 1966, y su mandato se vio interrumpido por el golpe militar que llevó al gobierno al general Juan C. Onganía. Poco antes de su muerte, a comienzos de 1982, el Dr. Illia había recibido el Premio Internacional Mahatma Gandhi por sus servicios a la humanización del poder. Tanto sus partidarios como sus antiguos adversarios y detractores han coincidido en señalar que Illia encarnó un estilo político enraizado en los aspectos más trascendentes de la historia de nuestras instituciones: el respeto por la ideología del conciudadano, la intangibilidad de los preceptos constitucionales y la defensa de la dignidad del hombre.Hijo de modestos chacareros, en 1927 obtuvo su diploma de médico en la Universidad de Buenos Aires y al año siguiente se trasladó a Cruz del Eje, en la pcia. de Córdoba. Allí ejerció su profesión y desarrolló la mayor parte de su carrera política, siempre en las filas del radicalismo. En 1935 fue electo senador por Cruz del Eje y en 1940 vicegobernador de la provincia. El golpe militar del 4 de junio de 1943 puso fin a esa primera experiencia de gobierno. Entre 1948 y 1952, el Dr. Illia fue diputado en el Congreso de la Nación, donde presentó diversos proyectos de ley, entre ellos la prohibición de enajenar la tierra pública y la reglamentación de su concesión a los colonos; la mejora de los sueldos del personal docente de establecimientos nacionales; la provisión gratuita de libros de estudio a los alumnos de institutos de enseñanza media; el nombramiento, remoción y sanciones disciplinarias del personal de los Ferrocarriles del Estado y el estatuto del empleado público. En 1962 fue electo gobernador de Córdoba, cargo que no llegó a ejercer debido a la destitución del presidente Arturo Frondizi. Al año siguiente fue consagrado presidente de los argentinos con el 25,15 por ciento de los votos emitidos (debido a la entonces vigente proscripción del partido peronista, cuyos afiliados y simpatizantes decidieron votar en blanco). El gobierno de Illia se desenvolvió en condiciones adversas, con minoría en el Congreso y jaqueado por diversos grupos de presión, tanto patronales como sindicales. Durante su gestión anuló los contratos petroleros firmados por el gobierno de Frondizi con empresas extranjeras, negó a los laboratorios la posibilidad de aumentar los precios de los medicamentos, implementó la aplicación del salario mínimo, vital y móvil, y estableció el congelamiento de las tarifas públicas y la fijación de precios máximos a los artículos de primera necesidad. Luego de ser destituido de su cargo a raíz del golpe orquestado por el general Pistarini, Illia continuó al servicio de su partido y de la democracia, negándose a percibir la pensión que le correspondía en carácter de ex primer mandatario para no avalar con el ejercicio de sus derechos el poder "de facto" que lo había derrocado.
Fuente: Gabriel Levene-Carlos Quiros.
domingo, 18 de enero de 2009
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